MODELO
DE COMENTARIO CRÍTICO
COMENTARIO
CRÍTICO - IES Sierra de Aras
El viaje definitivo
… Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará nostáljico…
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará nostáljico…
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.
Tomado de «Corazón en el viento», en Poemas
agrestes, 1910-1911.
1.- Localización (Autor, etapa y época):
El autor de este poema, Juan Ramón Jiménez, es un poeta adscrito,
generalmente, al Novecentismo o generación de 1914, pero cuya obra, debido a su
incesante afán de renovación recoge buena parte de las corrientes poéticas de
la primera mitad del siglo XX.
Por su sencillez estilística, el poema se sitúa en un periodo de
transición entre el Modernismo y la poesía “desnuda”, etapa en la que trata de
deshacerse de los excesos sensoriales del periodo anterior para buscar lo
esencial y lo puro.
Pertenece al libro Poemas
agrestes escrito hacia
1910-1911, años en que se encontraba en Moguer (Huelva), su ciudad natal,
escribiendo Platero y yo (prosa
poética modernista).
2.- Tema:
Desde la muerte de su padre, en
1900, esta se convierte en un tema recurrente en toda su poesía. En este caso
no se enfrenta al tema con un tono trágico, ni siquiera lo nombra directamente;
el poeta simplemente se irá o realizará el viaje definitivo, como se anuncia en
el título. Se trata de una imagen de gran tradición literaria, es el tópico del
Homo viator u hombre caminante, la
vida como camino que conduce inevitablemente a la muerte – tratado
anteriormente en Las coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique
y en Bécquer, modelo tomado por Juan Ramón Jiménez-.
3.- Estructura externa e interna:
3.1. Estructura externa:
3.1.1.- Métrica:
Los versos no siguen la medida
tradicional, anunciando la libertad de polimetría que dará lugar al verso libre
de su periodo posterior.
3.1.2.- Recursos fónicos, morfosintácticos y léxico-semánticos:
La rima asonante evoca el gusto por la poesía popular,
destaca la musicalidad conseguida mediante reiteraciones de sonidos (/t/k/r/:
tocando las campanas, rincón, florido, errará) y repeticiones tanto léxicas
como sintácticas ( con su verde árbol,
con su pozo blanco…sin árbol verde , sin pozo blanco) Esta abundancia de
recursos de repetición, unida al polisíndeton y anáfora continua de” y” enfatizan la sucesión lenta e
inevitable de hechos que conlleva el paso del tiempo, contribuyendo al tono
reflexivo y obsesivo del poeta que imagina su propia muerte. El extraño
comienzo de los puntos suspensivos seguidos de la conjunción “y” parece indicar que el poeta reanuda
su pensamiento o reflexión ya iniciada.
La reflexión del poeta gira en
torno al contraste que se produce entre lo transitorio (su vida) y lo permanente
(todo lo demás). La oposición vida- muerte se expresa a través de sucesivos
conceptos opuestos: el irse del poeta
frente al quedarse del entorno
natural; la primera persona: yo me iré,
frente a la tercera de todo lo exterior a él: se quedarán los pájaros, tocarán
las campanas. Desde ese futuro presagiado, la alusión a sus amigos muertos,
a su amado huerto con el empleo del
demostrativo, aquellos que me amaron,
aquel huerto acentúa la sensación de
que la muerte es irreversible.
3.2. Estructura interna:
En las dos primeras estrofas aparecen elementos para describir su entorno
cercano y son propios del paisaje andaluz, de tonalidades claras y luminosas
(el blanco: pozo blanco, huerto florido y
encalado, el verde: verde árbol y el
azul: cielo azul y plácido) que
actúan como símbolos del alma del poeta.
En la tercera estrofa introduce
una idea fundamental, la belleza del paisaje descrito genera un sentimiento
de nostalgia
en el poeta que siente tener que abandonar este mundo armonioso y bello; de ahí
que se imagine a su espíritu sobreviviendo a la muerte y permaneciendo junto a
las cosas bellas (por mi huerto mi espíritu errará nostálgico).
El adjetivo aplicado al poeta, solo, añade un tema fundamental en
la poesía de Juan Ramón, según él mismo llegó a conocer: la soledad. Nada de
ese mundo exterior permanecerá con él. Los elementos que aparecían en la
primera y segunda estrofa se repiten
ahora en una serie encabezados por la preposición “sin”, destacándose así más
la ausencia.
Creemos que lo que Juan
Ramón Jiménez transmite al lector es la evidencia de que la muerte del ser
humano es insignificante ante lo infinito del mundo natural; el poeta
parece aceptar esa situación con dolor
nostálgico.
El poeta termina con un verso que
ya aparecía al principio, alusivo al canto de los pájaros. Es la primera y
última imagen de lo que perdura. Para
Juan Ramón, la belleza de la naturaleza, la música (canto, toque de campanas),
la poesía, aportan un valor de eternidad, tema fundamental de su tercera etapa.
El tema planteado por Juan Ramón Jiménez es uno de los temas
universales en la literatura de todas las culturas, porque responde a una necesidad vital del ser humano, la de buscar respuestas
y encontrarle sentido a nuestra propia existencia. Lo original en este caso
es que la nostalgia, la melancolía que estas reflexiones provocan se ve
superada emocional e intelectualmente por la evocación de lo bello. Crear y
recrear belleza ha sido una forma de acercarse a la esencia de las cosas y una
forma de que la obra creada y nuestro espíritu perduren tras la muerte.
5.- Conclusión:
Como conclusión podemos decir que
el poema resulta representativo de la
obra de Juan Ramón Jiménez. Los elementos cromáticos y la importancia de
los elementos sonoros y rítmicos, relacionan el estilo de este poema con el del
Modernismo y con la primera época de Juan Ramón Jiménez. Pero a su vez la
sencillez expresiva y las ideas
transmitidas lo relacionan también con poemas posteriores que desarrollarán los
temas del ansia de eternidad a través de la poesía y la búsqueda de la belleza
absoluta. El poema supone, en fin, una reflexión muy personal y sugerente sobre
los temas recurrentes en toda su producción poética, la muerte y la soledad.
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